Perfiles

Publicado: 29 septiembre, 2011 en Abortos literarios

Perfiles

G. Solorio Sánchez

Las apariencias en ocasiones no engañan, revelan.

Se vio en el espejo, lamento la sombría imagen que encontró frente a sí. Observo lo marcado de las ojeras, la falta de brillo en sus ojos. Capto lo inexpresivo de su rostro. Un rostro sin emociones, una tez morena increíblemente pálida, un cabello dócil y ordenado, sin rebeldía alguna y a pesar de ello embarrado de fijador para evitar cualquier remoto intento de rebelión.

25 años hacia que era lo que era, al principio parecerlo si bien no le resulto del todo complicado, tampoco lo considero sencillo, le resulto complejo aprender a ocultar emociones, no era simple, lograr parecer distante y alejado le tomo su tiempo.

25 años, aun recordaba cuando lo contrataron, ¡usted es lo que estaba buscando!, da el perfil, justo lo que necesitamos. ¡Que cosas!, justo cuando estaba dispuesto a renunciar a la honradez esta le dio una oportunidad.

Y es que para nadie es un secreto que conseguir empleo es una empresa que en muchas ocasiones se torna complicada y desmoralizadora, y el llevaba ya poco mas de 19 meses y pasado ese tiempo o menos cualquier empieza a tener tentaciones para resolver la realidad por cualquier medio.

Al inicio de su búsqueda su rostro era diferente, tan diferente como lo pueden hacer 25 años que no pasan si no se quedan.

Jovial, optimista, ilusión en la mirada, voz fuerte y decidida, unas manos que apretaban y eran utilizadas para dar énfasis a ciertas frases.

Entrevista tras entrevista se fueron acumulando los días, hasta que sin darse cuenta el y su esposa se alarmaron por ver que esos días juntos ya formaban meses. Meses de angustia, meses de pedir prestado, de vivir del fiado, meses en los que el amor insistía en retirarse ante la amenazante llegada del hambre y la miseria.

¿Por qué no a la primera?, o a la segunda, tercera, quizá a la decima, pero tanto no tan seguido ya parecía cosa de embrujo.

No entendía tanto no, ni siquiera entendía el primer no recibido, menos podría explicar los que siguieron en macabra sucesión. El había seguido todas las sugerencias, consejos y recomendaciones recibidas, cuido con esmero su apariencia, no vistió de color café a pesar ser el color de su preferencia, todo por atender el comentario de una asesora de imagen hecho en radio, saludo al entrar, extendió la mano y apretó firme, pero sin fuerza excesiva, vio de frente y hablo claro, expuso con precisión las razones por las que se consideraba apto para el puesto, pero con todo y ello no obtuvo el empleo.

Intento no deprimirse, por el contrario, se dijo a si mismo que con seguridad había una opción mejor esperándole, ¡ellos se lo perdían! Tiempo al tiempo, sin duda alguien se daría cuenta de su capacidad, entusiasmo, potencial y deseos de trabajar. El tiempo estaba pasando, los ahorros minando, las deudas creciendo, la familia y amistades a los que pedir prestado cada vez eran menos, los kilos bajaban igual que los días sin trabajo se acumulaban. Cada día unos gramos menos, un poco de menos brillo en la mirada, una imagen en lo general más sombría, menos festiva, menos convencida de que alguien le necesitaba. Un agujero más al mismo cinturón que le acompañaba desde muchos días atrás.

Cuanta diferencia de aquél que fue a la primer entrevista con el que acababa de cumplir 577 sin empleo, nunca pensó que él no trabajar fuera tan agobiante, cansado.

Aquel, un ser integro que para nada consideraría la delincuencia como opción. Este, un ser tentado a aspirar a delincuente con tal de dejar de sentir temor de no conseguir prestado el día de hoy.

De festivo y dicharachero paso sin percibirlo a sombrío y reservado. De tener una mirada atrevida, osada, a parecer permanente ausente, como viendo a través de lo que tuviera frente a él.

Justo lo que necesitamos, que ironía, se presento como candidato a cualquier cantidad de puestos, en ninguno aceptado, solo en ese, con el tiempo su ropa al principio inmaculada de a poco fue evidenciando el paso del tiempo y el exceso de uso, seguía cuidando lo mas y en la medida de lo posible su presentación, pero sin dinero es complicado hacer pasar como nuevo algo que tiene ya muchas horas plancha pasadas por encima.

Pensó incluso en la muerte como opción, eso a hora le provocada esbozar una mueca que intentaba hacer las veces de sonrisa, la muerte compañera que lo tentaba fue al final la que le dio una oportunidad. De tipo impetuoso y decidido a derrotado clase mediero, de hablar de cualquier tema a evitar  hablar. Da el perfil le dijeron y le dieron el trabajo, le daremos una oportunidad porque se ve que necesita el trabajo, vamos a confiar en usted, pero no cambie su apariencia, siga así, con esa mirada, con esa expresión, con ese peinado, así será digno representante de esta casa funeraria.

Sonrió, hoy cumplía 25 años de verse forzado a parecer muerto para seguir vivo.

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