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Ensueño

Publicado: 8 febrero, 2012 en Abortos literarios

Ensueño

Por G. Solorio S.

  

Ella sonriendo pregunto, ¿Soy la mujer de tus sueños?

El sonriendo contesto, NO, pero eres la mujer que me hace soñar, lo que es más y mejor.

Ella dejo de sonreír, cuando comprendió fue inmensamente feliz.

Perfiles

Publicado: 29 septiembre, 2011 en Abortos literarios

Perfiles

G. Solorio Sánchez

Las apariencias en ocasiones no engañan, revelan.

Se vio en el espejo, lamento la sombría imagen que encontró frente a sí. Observo lo marcado de las ojeras, la falta de brillo en sus ojos. Capto lo inexpresivo de su rostro. Un rostro sin emociones, una tez morena increíblemente pálida, un cabello dócil y ordenado, sin rebeldía alguna y a pesar de ello embarrado de fijador para evitar cualquier remoto intento de rebelión.

25 años hacia que era lo que era, al principio parecerlo si bien no le resulto del todo complicado, tampoco lo considero sencillo, le resulto complejo aprender a ocultar emociones, no era simple, lograr parecer distante y alejado le tomo su tiempo.

25 años, aun recordaba cuando lo contrataron, ¡usted es lo que estaba buscando!, da el perfil, justo lo que necesitamos. ¡Que cosas!, justo cuando estaba dispuesto a renunciar a la honradez esta le dio una oportunidad.

Y es que para nadie es un secreto que conseguir empleo es una empresa que en muchas ocasiones se torna complicada y desmoralizadora, y el llevaba ya poco mas de 19 meses y pasado ese tiempo o menos cualquier empieza a tener tentaciones para resolver la realidad por cualquier medio.

Al inicio de su búsqueda su rostro era diferente, tan diferente como lo pueden hacer 25 años que no pasan si no se quedan.

Jovial, optimista, ilusión en la mirada, voz fuerte y decidida, unas manos que apretaban y eran utilizadas para dar énfasis a ciertas frases.

Entrevista tras entrevista se fueron acumulando los días, hasta que sin darse cuenta el y su esposa se alarmaron por ver que esos días juntos ya formaban meses. Meses de angustia, meses de pedir prestado, de vivir del fiado, meses en los que el amor insistía en retirarse ante la amenazante llegada del hambre y la miseria.

¿Por qué no a la primera?, o a la segunda, tercera, quizá a la decima, pero tanto no tan seguido ya parecía cosa de embrujo.

No entendía tanto no, ni siquiera entendía el primer no recibido, menos podría explicar los que siguieron en macabra sucesión. El había seguido todas las sugerencias, consejos y recomendaciones recibidas, cuido con esmero su apariencia, no vistió de color café a pesar ser el color de su preferencia, todo por atender el comentario de una asesora de imagen hecho en radio, saludo al entrar, extendió la mano y apretó firme, pero sin fuerza excesiva, vio de frente y hablo claro, expuso con precisión las razones por las que se consideraba apto para el puesto, pero con todo y ello no obtuvo el empleo.

Intento no deprimirse, por el contrario, se dijo a si mismo que con seguridad había una opción mejor esperándole, ¡ellos se lo perdían! Tiempo al tiempo, sin duda alguien se daría cuenta de su capacidad, entusiasmo, potencial y deseos de trabajar. El tiempo estaba pasando, los ahorros minando, las deudas creciendo, la familia y amistades a los que pedir prestado cada vez eran menos, los kilos bajaban igual que los días sin trabajo se acumulaban. Cada día unos gramos menos, un poco de menos brillo en la mirada, una imagen en lo general más sombría, menos festiva, menos convencida de que alguien le necesitaba. Un agujero más al mismo cinturón que le acompañaba desde muchos días atrás.

Cuanta diferencia de aquél que fue a la primer entrevista con el que acababa de cumplir 577 sin empleo, nunca pensó que él no trabajar fuera tan agobiante, cansado.

Aquel, un ser integro que para nada consideraría la delincuencia como opción. Este, un ser tentado a aspirar a delincuente con tal de dejar de sentir temor de no conseguir prestado el día de hoy.

De festivo y dicharachero paso sin percibirlo a sombrío y reservado. De tener una mirada atrevida, osada, a parecer permanente ausente, como viendo a través de lo que tuviera frente a él.

Justo lo que necesitamos, que ironía, se presento como candidato a cualquier cantidad de puestos, en ninguno aceptado, solo en ese, con el tiempo su ropa al principio inmaculada de a poco fue evidenciando el paso del tiempo y el exceso de uso, seguía cuidando lo mas y en la medida de lo posible su presentación, pero sin dinero es complicado hacer pasar como nuevo algo que tiene ya muchas horas plancha pasadas por encima.

Pensó incluso en la muerte como opción, eso a hora le provocada esbozar una mueca que intentaba hacer las veces de sonrisa, la muerte compañera que lo tentaba fue al final la que le dio una oportunidad. De tipo impetuoso y decidido a derrotado clase mediero, de hablar de cualquier tema a evitar  hablar. Da el perfil le dijeron y le dieron el trabajo, le daremos una oportunidad porque se ve que necesita el trabajo, vamos a confiar en usted, pero no cambie su apariencia, siga así, con esa mirada, con esa expresión, con ese peinado, así será digno representante de esta casa funeraria.

Sonrió, hoy cumplía 25 años de verse forzado a parecer muerto para seguir vivo.

La Corbata

Publicado: 26 agosto, 2008 en Abortos literarios

 

La Corbata

(G Solorio Sánchez)

Entender duele.

La sensación era extraña, no entendía que era lo que estaba fuera de lugar. Algo no caminaba, algo no encajaba, algo estaba fuera de lugar. Se sabia debidamente afeitado y peinado con especial cuidado, el cuidado y dedicación que exigen ocasiones especiales, ocasiones que se presentan una vez en la vida y que por tanto exigen de uno ciertas formalidades para que se consideren solemnes e inolvidables.

Repaso mentalmente todo su atuendo, la cena del día anterior, el despertar de este día, su preparación para el momento, seguía sin entender porque no lograba disfrutar nada, si todo era tal y como él quería, si era como lo quería, ¿porque no lograba sentirse cómodo? Intento ir por partes para ver si lograba identificar la incomodidad que sentía.

¡Los zapatos no eran!, no, definitivamente los zapatos no eran el origen de la sensación de incomodidad, bajo su vista y los disfruto, negros, sin cintas, de piel genuina, impecables, interior acolchonado, suela anti-derrapante, un tacón discreto, medio centímetro más grandes que sus pies, tal y como a él le gustaban para poder mover sus dedos en el interior. De hecho no recordaba nunca antes haber calzado unos zapatos tan a su gusto, incluso pensaba que podría caminar el día entero sin molestia en sus pies, cien por ciento seguro, nunca antes tuvo en sus pies zapatos como aquellos.

Si lo zapatos no eran los causantes de esa sensación, entonces, ¿qué era?

Antes de revisar el pantalón, pensó en la cena, por si acaso el motivo de la opresión que experimentaba fuera estomacal y no producto de alguna prenda, rápido deshecho la hipótesis, improbable simplemente, los alimentos eran del mejor restaurante de la ciudad, calidad inmejorable, además no sentía deseo alguno de ir al sanitario, ni nada por el estilo, la cena nada tenia que ver con su molestia, lo ingerido de hecho rayo en lo ¡exquisito!

El pantalón era de la talla correcta, su marca favorita, esa marca que pocas veces llegaba a utilizar por cuestiones de precio y presupuesto, el color le agradaba, el planchado adecuado, metió una a una sus manos a los bolsillos –primero los traseros- por si acaso hubiera en estos algo que ignorara, pero no encontró nada, solo la comodidad del espacio y la agradable textura al tacto de una fina tela. Nada, el pantalón no era el origen, de hecho solo el pantalón lo reviso solo por no dejar, la molestia la experimentaba mas arriba, pero quiso en forma metódica ir por partes y no dejar ninguna probabilidad sin explorar.

Hizo una escala para pensar en la ropa interior, no la podía ver, pero estaba conciente que la tenia puesta y que era lo que quería, calcetines no ajustados, bikini no bóxer, camiseta de cuello en v para mayor comodidad. Tenia puesto y en contacto con su piel lo que él quería, así que la ropa interior nada tenia que ver con su incomodidad.

Inclino la vista una vez más y observo con agrado la prenda que cubría su tronco, manga corta, bolsa a la derecha, todo en su sitio, fajada con pulcritud, tela fresca, adecuada para el clima caluroso. Lisa, de un solo color, odiaba el estampado, uno a uno fue viendo los botones, hasta detectar que también el del cuello estaba abotonado, eso iba contra su costumbre, detecto incluso ese nudo en su cuello, también contra su costumbre, detestaba las corbatas, nunca usaba corbata, salvo situaciones especiales, ¿Esta lo era?, ¿Ameritaba el uso de corbata?, ¿Porqué usarla si la detestaba?, ¿Porqué tan justa?, eso le incomodaba definitivamente.

A lo lejos una voz, autoritaria, con jerarquía, dio una orden, él escucho la orden y entendió todo, comprendió su incomodidad, recordó porque ceno lo que ceno y porque vestía lo que vestía. Su comprensión duro nada, sus ojos saltaron como intentando seguir observándose como se quería ver, la incomodidad dejo de sentirse porque él dejo de sentir, su cuerpo se balanceo de un lado a otro en el aire, sus pies no tuvieron apoyo y esos cómodos zapatos no pisaron mas nada.

– Señor, la sentencia ha sido cumplida, el reo a sido ahorcado.

– ¿Se le cumplieron sus peticiones de última voluntad?

– Si, señor.

– Bien, descanse en paz.

El cuerpo fue entregado a los familiares vestido con el uniforme de la prisión, zapatos, pantalón, camisa, camiseta, calcetines y bikini pasaron a manos nada escrupulosas, todo por no incluir en la última voluntad desear ser enterrado con la ropa que fue ejecutado.

 

CANASTA DE BREVES

Publicado: 9 noviembre, 2007 en Abortos literarios

 

Quienes de cuando en cuando acostumbran dar una vuelta por este espacio saben que a mis textos les denomino «abortos literarios», de hecho esa es la categoría en la que los ubico. Los que me permito publicar en esta ocasión por su brevedad no alcanzan dicho calificativo, debieran quizá por ello ser considerados por mi como «legrados literarios», pero en un afán de no atentar mas contra la literatura no creare esa categoría y les incluiré en la misma de «abortos literarios»…

 

 

  ¿Hasta cuando?

G. Solorio S.

 

Una vez más cerro su puño y golpeo la mesa, su golpe cada vez con menos fuerza que el anterior, en sus ojos lágrimas, en su estomago el contenido de 12 cervezas de medio litro cada una, menos lo que se hubiera caído en forma natural al tomarle a cada una de ellas, en su corazón y alma desconsuelo, sobre sus hombros el peso del mundo entero, una loza pesada como lápida de cementerio, no lo podía creer, ya no sería posible. A su lado un compañero y amigo fiel siempre presente en momentos como ese, de su boca volvió a salir la misma frase/palabras/pregunta que venia repitiendo la última hora al menos;

-Compadre, ¿Cómo pudo ser posible?, y ahora ¿qué?

– No se apure compadre, ya verá que el próximo año si llegamos a la final, esta temporada ya se acabo, ni modo, no hubo suerte, la próxima será.

– Pu’s si, ni modo, la próxima será, ¡salud, compadre!

 


 

“No hagas cosas buenas que parezcan malas”

G. Solorio S.

 

Alcanzo a escuchar; ¡polvo eres y en polvo te convertirás!, observo con detenimiento los parsimoniosos movimientos de los hombres que con la pala empezaban a empujar la tierra al hueco que contenía el ataúd, ¡tierra y polvo!, curiosa combinación… No dejaba de ser irónico que a una mujer que siempre trabajo limpiando casas el último día en este mundo la despidieran echándole tierra y diciéndole que pronto sería polvo… Por ello no le lanzo un puño de tierra a su tumba al igual que los demás, como intentando hacerle un homenaje… no pudo evitar sonreír cuándo pudo escuchar a sus espaldas voces de mujer que decían;

– Te digo que no la quería, siempre la tuvo trabajando, no la quería, no ves que ni siquiera le hecho su puño de tierra pa’no olvidarla.

 



 

Amor

G. Solorio S.

 

– ¿Me quieres?, pregunto ella,

– Claro, contesto él,

– Eso dices, dijo ella,

– Es en serio, expuso él.

– ¿Te casarías conmigo?, pregunto ella,

– No, porque te quiero mucho y te deseo lo mejor, no quiero atarte a mí, no te merezco, dijo él,

– Ella se soltó del abrazo, le dio la espalda, por su respuesta supo que si bien la quería no la merecía, dolía comprender… antes de irse le mentó la madre, tan solo por no dejar…

 



 

Mentalizado.

G. Solorio S.

 

Ese día sería diferente, de eso estaba seguro, la plática motivacional a la que acudió el día anterior había surtido efectos, lograron levantar su autoestima y ahora sabía que el decidía como le iría, nada ni nadie le impedía ser el mejor, solo él podía impedírselo y no lo iba a hacer…

Empezaría a demostrarse en la escuela misma que él quería ser el mejor, que él podía ser el mejor, para iniciar bien no perdería una sola palabra de lo que la maestra dijera, estaría atento a lo que explicara, si acaso quedara una duda la despejaría por mínima que fuera, todo le habían convencido era cosa de que él y nadie más lo decidiera. Y la decisión estaba tomada, sería el mejor, nada podría distraerlo de su objetivo, ser el mejor o al menos lograr ser lo mejor que podía ser, para ello la cosa pintaba simple, no distraerse con nada, mentalizarse desde el primer minuto del día y permanecer concentrado… Sonrió para si, pobres de los otros, ignoraban su secreto, que pena que solo uno –él- pudiera ser el mejor…

– ¿Entendieron?, ¿esta claro?

Pregunto la maestra…

¡chin!, no supo ni de que estaban hablando…

 



 

El fin o el colmo de la falta de inspiración

G. Solorio S.

 

Ella no veía nada, su mirada se encontraba perdida en la lejanía,

bueno en realidad no tanto, tan solo hasta donde la mancha de smog de la ciudad le dejaba ver… el que intentaba escribir dejo de hacerlo y se puso a pensar, ¡estos tiempos modernos!… ¡cuanta contaminación!

 



Al otro lado.

Publicado: 18 octubre, 2007 en Abortos literarios

Al otro lado.

G. Solorio Sánchez

 

 

Si aquí no encuentro lo

que quiero y necesito,

buscare donde si…

 

 

 

            La hora había llegado, el momento de la separación momentánea se aproximaba, bien sabido es que “no hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue”, y para ellos la hora había llegado, madre e hijo se miraban mutuamente… Esa hora era la indicada, lo sabian no sólo ella y su hijo si no toda la gente que cruzaba al otro lado, no había patrullas presentes, pero era la hora indicaba, poco tráfico y por lo tanto pocos problemas a la vista…

 

            Ella con un nudo en la garganta, él con ilusión en sus ojos…

 

            Ella insistía en que no debería intentarlo, que aun era muy chico…que era peligroso, que lo mejor era que ella lo acompañara…

 

            Pero el inflexible y decidido se negaba a no hacerlo y a hacerlo acompañado…

 

– No es que quiera hacerlo, es que debo hacerlo, declaro tajante.

 

– Desde siempre tú me has dicho que un día iba a crecer y a tomar decisiones, a tener responsabilidades, no puedes decirme ahora que tú vas por mí, o que si lo hago debo llevarte conmigo…

 

– Si, ya se que te he dicho todo eso y mas, pero es peligroso…

 

– ¿No me tienes confianza?

 

   Claro que te tengo confianza… pero hijo, me da miedo, no lo puedo evitar…

 

   Mamá, lo voy a hacer solo, te voy a demostrar que me has formado bien, voy a cruzar al otro lado, solo, y nada me va a pasar, voy a irme tranquilo y con la confianza de que me tarde lo que me tarde en regresar tú me vas a estar esperando aquí…Otros lo han hecho siendo menores que yo, y no ha pasado nada… no tiene porque pasarme algo a mi…

 

            Esto ultimo lo dijo con su voz llena de convicción, como queriendo transmitir seguridad a su madre, para nadie era un secreto que para el también era difícil decidir hacerlo solo, pero hay momentos en la vida del hombre en los que ha de decidir “entre ser hombre o seguir siendo niño”… y el había decido ya…

 

            La mamá en su mente recreaba los momentos pasados con su hijo, pasaron rápido por su memoria como disparos de flash tantos recuerdos… Cuando inicio a caminar, cuando la acompaño por primera vez a la tienda, tomado de su mano, cuando lo dejo por primera vez solo en la escuela, vio sus ojos conteniendo el llanto para que ella no se fuera triste… vio la ocasión aquella en la que al ir por la calle salio de la nada un perro y el se escondió en su falda…

          

            Ella quería que su hijo se siguiera escondiendo en su falda… Ella quería que siguiera teniendo 7 o 8 años por siempre… que el tiempo los atrapara y nada cambiara… que ni ella envejeciera ni el creciera…

 

            Sabia que era inevitable el paso que su hijo debía dar, entendía que lo tenia que dejar ir, comprendía que a como estaban las cosas un día mas o uno menos pero lo tendría que hacer…

 

            El tomo la mano de su madre y le dijo;

 

– Mamá, no tengas miedo porque si no yo también lo voy a tener, y entonces no tendré el valor para hacerlo, y tu y yo sabemos que lo debo hacer… es por mi bien, por el tuyo y porque es parte de mi crecimiento, así se presentaron las cosas y hay que aceptarlo…

 

– Si lo se, y se que después de que vayas y vengas tu solo yo voy a estar orgullosa de ver como mi hijo logra lo que se propone…

 

– Con tu ayuda mamá.

 

– Pero con tu valor hijo. En serio me sorprende verte tan decidido, si tu padre viviera estaría orgulloso de ver que no le sacas la vuelta a la realidad y que haces lo que debes hacer…

 

            El cargo sobre sus hombros su destino disfrazado de mochila. La mamá sin poderlo evitar recordó una canción de sus tiempos que decía “aquí en esta bolsa me cabe la vida…”, que cosas, sonrió con un dejo de tristeza en la mirada…

 

            Ambos se miraron a los ojos, hasta el fondo, como queriendo verse el alma… el tenia que ir y venir al otro lado, solo, como lo hacen muchos obligados por sus particulares circunstancias de vida… por sus apremios personales, por sus deseos, por locos, por soñadores, por lo que sea…

 

            Claro que sentía algo de miedo, los peligros existen, esos nadie los inventa, tantos y tantos que intentando cruzar perecen, por falta de precauciones, por imprudencias, por descuidos, por lo que quieran imaginar… todos saben que hay quienes intentan cruzar y no logran regresar con los que dejaron esperándoles…

 

            Estadísticamente sus probabilidades eran mas que buenas, las cuentas no eran tan malas en realidad para el… Las cifras oficiales dicen que son mas los que pasan bien que los que sufren algún accidente, pero pues la posibilidad siempre existe… ¡si ni los estadistas confían en las estadísticas!, ¿cómo iba a confiar una madre que ve a su hijo partir a encarar la vida?… La vida de un hijo que intenta cruzar al otro lado no es cosa de moda, mediana o promedio, la vida de su hijo no se podía confiar en tendencias…

 

            Era casi seguro que el pudiera cruzar, y ya estando del otro lado todo seria diferente, para ella y para él, si bien estaría solo, esa misma soledad le daría madurez para sopesar las cosas y elegir el momento oportuno y correcto para decidir regresar…

  

            Eso contando con que lograría pasar sano y salvo,  igual que la gran mayoría de los que pasaban todos los días al otro lado…  No sabia si temer más por la pasada que por la regresada, a sus ojos era igual de peligroso, claro, el regreso siempre sería diferente porque ya se tiene la experiencia de la pasada, aunque sea una vez, ¡cuenta!, no garantiza nada, pero cuenta…

 

            Ellos no escogieron no tener recursos suficientes para vivir mejor, ellos no estaban eligiendo hacer lo que tenían que hacer, sus circunstancias de vida le obligaban a la madre dejar ir a su hijo solo, en busca de un lugar que al momento se les negaba, ella no quería la angustia y el no deseaba el miedo, pero ambos sentimientos no se les presentaban como oferta a seleccionar, si no como realidad a encarar…

 

            Un último abrazo, un beso apurado en la frente, un fíjate bien, un no te distraigas para nada, un silencio obligado para evitar con su voz distraerlo…

 

            Su mano se movió en forma instintiva para dibujar en el aire una bendición en imaginarios trazos que unidos representaban una cruz…

 

            El hijo sin voltear atrás caminando, firme y sin distracciones.

 

            La madre quedando en la orilla, viéndolo de espaldas, observando tan solo con un nudo en la garganta como su hijo de escasos 8 años intentaba cruzar por primera vez solo al otro lado del boulevard por el que tenían que pasar todos los días para tomar el camión rumbo a la escuela…

 

            Ver la mano de su hijo que le saludaba desde la otra esquina le tranquilizo, paso al otro lado sano y salvo… con cuidado, sin distraerse… Lo vio subirse al camión correcto, respiro hondo y se encamino a su trabajo… ¡si tan solo tuviera carro para poder llevar a su hijo a la escuela!… ni modo, su realidad económica no lo permitía, debería consolarse con todos los días “echarle la bendición” al niño para que nada le pasara cruzando el boulevard… su angustia había desaparecido al ver el paso firme de su hijo… al verlo subir al camión correcto…

 

            ¿Y sabrá donde bajarse?, ¿no se vaya a equivocar?, ¿no se le olvidará la mochila en el camión?… a luego que parece que hoy en día en las mochilas de la escuela cargan hasta la vida… la angustia volvió a ser su compañera… porque sabido es que  una vez que ese sentimiento se instala en el corazón de una madre no sale con facilidad…

 

 

 

 

!Hey, Capitán!…

Publicado: 22 marzo, 2007 en Abortos literarios

 

 

¡Hey, Capitán!

G. Solorio S.

 

 

Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida:
esos son los imprescindibles...
Bertolt Brecht
 
 
Antes de saltar al campo a enfrentar a sus rivales entrecerró los ojos y se contemplo así mismo,calzado en el uniforme que
su madre siempre soñó verlo, pero sobre todo con ese grado de “capitán” que lo distinguía del resto, que lo hacia distinto,
que lo volvía especial a ojos de todos, a ojos de cualquiera…
 
Igual que su madre, padre, hermanos y algunos amigos de la familia el soñó con ese día, lo ansiaba tanto como lo temía…
 
Defender su tierra, dar todo por la causa, dejar la vida en caso de necesidad, para eso llevaba años preparándose, no había
sido fácil llegar a donde el había escalado, sus dotes naturales por supuesto que le favorecían, pero nunca se confió a ellas,
por eso trabajaba a diario, se preparaba siempre, por eso el resto confiaban en el…
 
Todo era cuestión de honor, pelear y arriesgar todo por defender su patria chica, el conocía mejor que nadie el campo de
batalla de aquella tarde, cada rincón, cada esquina, todos los limites, como no conocerlos… si desde niño lo recorrió,
primero con la vista, de joven lo camino a escondidas y ya luego fue parte cotidiana de su preparación…
 
Por eso, cuando esa mañana le preguntaron que estaba dispuesto a dar para lograr la victoria, sin dudarlo contesto;
“¡todo!, no hay nada que no diera para lograrla, la vida misma es poco o nada por su conquista, para gloria y
satisfacción de mi gente…”
 
Su gente, la que confiaba en sus habilidades, las que sabían que haberse convertido en “capitán” no era cosa de suerte.
 
Reviso una vez mas su uniforme, el de gala, la situación lo ameritaba, todo en su sitio, impecable, tal como a su madre
le hubiera gustado. Admiro su distintivo de “capitán”, sin lugar a dudas eso hacia especial y diferente su uniforme
del resto de compañeros…
 
Pensó en la mujer que quedo en casa, en la que igual que el soñaba con el día que el vistiera ese uniforme y lo cubriera
de gloria, pero que igual que el conocía la posibilidad de la derrota, derrota y posibilidad que le asustaban tanto como
a el. Tanto que quedo en casa frente al altar particular, implorando la divina intervención en su favor…
 
Nunca nadie sabría cuantos Padrenuestros y Avemarías era capaz de recitar una mente asustada, por mas confianza
que en el ser amado se pueda tener, la derrota siempre es y será una posibilidad una vez que iniciadas las
hostilidades, el enfrentamiento de talentos y habilidades tiene mil y un imponderables…
 
Por ser “capitán” tenia la encomienda de vigilar que en el campo de batalla se siguiera la estrategia diseñada por los
mandos superiores para derrotar al enemigo. Por ser “capitán” igualmente tenia facultades para variar en el campo la
estrategia en caso de necesidad, de tal suerte que si a pesar de que se hubiera determinado que el ataque debía realizarse
por el flanco izquierdo del rival, si el en el campo vislumbraba mejores resultados con un ataque frontal o por las 15:00
así lo indicaría al resto, y desde luego que en momentos de apremio vería que todos defendieran su posición, la
retaguardia no debía sufrir daño alguno. Debía estar atento a que cuando se tratara de atacar todos pensaran en ofender
al enemigo y que cuando se dictaminara recular, igualmente todos apoyaran el movimiento defensivo…
 
¡Capitán!, muchos de niño lo soñaban, pero solo el lo había logrado…
 
Apretó los puños, tenia que contagiar al resto de su deseo y necesidad de lograr la victoria.
 
De ser necesario gritaría al oído de cada uno de sus compañeros de lucha, impulsándolos, convenciéndolos de que es
posible ganar…
 
Por unos segundos no escucho nada, solo el acelerado latir de su ansioso corazón…
 
Una voz lo regreso a la realidad, la batalla estaba a punto de iniciar.
 
Su gente lo reclamaba, lo necesitaban para encabezar la marcha inicial.
 
¡Vamos capitán!, ¡llego la hora!…
 
Levanto sobre su cabeza y las de los demás su puño derecho y grito; ¡a ganar!, acto seguido emprendió un trote ligero,
pero decidido al centro del campo, por delante de todos sus compañeros de lucha…
 
El rival les esperaba en el campo, el arbitro esperaba listo para lanzar la moneda al aire, dar el silbatazo inicial del
partido de fútbol en el que hacia su debut, un clásico para mayor coincidencia, 90 minutos de lucha y coraje, un
juego que no debían perder, porque perderlo era tanto como perder el honor…
 
El árbitro hizo sonar su silbato, el balón se movió lentamente hacia adelante, la fanaticada inicio el duelo de porras
y en la cancha varios correrían detrás de un balón y de un sueño…
 

 

Febrero 14, y los demás días ¿qué?

G. Solorio Sánchez

 

  Algo debo hacer para que sepas

que cuando no estoy, cuando no lo diga,

también te amo.

 

 

 

Febrero 14, 6:57 a.m.

             El despertó, igual que todos los días, se aseo, vistió, desayuno y partió al trabajo, sabia la fecha, sabia lo que para ella significaba, sabia que al final del DIA le reclamarían su desatención a la fecha… y no dijo nada…

Febrero 14, 8:57 a.m.

            El teléfono sonó, una voz amiga le saludo, le deseo un buen DIA, como cada 14 de febrero, la voz aunque conocía la respuesta le pregunto que si había recibido algún regalo, que si había planes, le consoló (como cada 14 de febrero) diciendo que quizás le esperaba una sorpresa… 20 minutos antes ella le había visto partir, sabia que él sabia la fecha, sabia que si ella no decía nada él tampoco lo haría… y no dijo nada…

Febrero 14, 10:37 p.m.

            La puerta de la habitación se cerro con un fuerte golpe, golpe que intentaba ser un desahogo de la frustración contenida en ese DIA… frustración, molestia, enojo, de todo un poco… por ese DIA, por otros pasados días como ese, por otros días que vendrían como ese… por ver que todas tenían lo que ella quería y merecía…

Febrero 14, 10:40 p.m.

            La camisa fue a parar al bote de la ropa sucia echa bola, aventada con mucha fuerza y cierto coraje, coraje por la incomprensión de ese DIA… coraje por lo que daba en otros días y no merecían, por lo que entregaría en otros días por venir y no valorarían… frustración, molestia, enojo, de todo un poco, por ver que otros entendían lo que el hacia, daba y entregaba, menos la que le interesaba…

            Todo porque El había omitido regalarle o decirle algo por el DIA del amor y la amistad…

            Todo porque ella no entendía que eso no era importante, todo porque el no entendía que era importante…

            La frustración de ella no quedaba curada con el carro que el le había logrado comprar, como se lo había comprado en octubre no tenia el carácter ni de regalo de cumpleaños, ni de regalo navideño y menos el de un presente por el DIA del amor y la amistad… si acaso podía ser entendido como una herramienta para que transportara a sus hijos…

            Lo incomprendido que el se sentía no se compensaba de modo alguno con la atención que a diario ponía ella en cuidar su alimentación, en cuidar de su ropa, en las noches que le entregaba a pesar del cansancio… tampoco podían quitarle ese sentimiento la preocupación de ella por su salud, eso, finalmente si acaso era cumplir con sus obligaciones mínimas…

            Ese 14 de febrero, como muchos otros el no le dijo a ella que la amaba, menos le compro un chocolate… su rostro reflejaba una mueca cuando pensaba que si él aspiraba a que su amor fuera por siempre y para siempre, limitarlo a expresarlo en un DIA era tan absurdo como ridículo…

            Ese 14 de febrero, como muchos otros ella no recibió el te quiero que esperaba y merecía recibir… tampoco ella lo dio, pensaba para si que el obligado a iniciar el festejo era él… y él no iniciaba el festejo esperando que ella no lo iniciara, que si lo hiciera no le quedaría mas remedio que seguirla…

            El no sabia que si amaba a su esposa como la amaba decírselo el DIA que el comercio lo indicaba no era dejar de amarla, era tan solo seguir amándola… Ella no entendía que él dijera que le amaba y ese tan importante DIA se limitara a despedirse igual que siempre, trabajara para ella y los suyos igual que siempre, regresara a casa y compartiera su lecho igual que siempre… si me ama en verdad, porque no convierte en especial el DIA, pensaba para si…

            El no entendía porque un DIA debía ser especial y menos entendía porque habría de ser él quien lo convirtiera en especial… porque debo amarla hoy más que ayer, se martirizaba pensando para si…y no dijo nada…

            Ella se sabía amada, pero no en ese DIA, no en esa noche… y no dijo nada…

Febrero 14, 11:00 p.m.

Y siempre vas a poder llevar a mi mamá mañana con el doctor.

         – Si. Como quedamos. Por cierto, te mando saludos mi mamá.

         – ¿Hablaste con ella?

– –    – Si, en la mañana.

– –    – ¿Cómo está?

         – Bien, gracias a Dios, ya anda bien, la medicina que le compramos le ha servido bastante, por cierto me dijo que te dijera que muchas gracias.

– –    – De que… bueno, ¡hasta mañana!

– –    – !hasta mañana!.

            Ambos cerraron los ojos, ambos cerraron la boca, ambos se amaban, ambos se correspondían, ambos lo demostraban, pero ese DIA no dijeron nada…y todo por que él la amaba más que un día, porque él no entendía que decírselo ese DIA no imponía un precio, tarifa o fecha de caducidad a su amor… todo porque ella no entendía que no tenia porque esperar que él se lo dijera, que no era necesario esperar que el se manifestara, todo porque ella no sabía que él en su interior deseaba que ella le diera un pretexto para festejarla y amarla también en ese DIA… todo por que ni él ni ella dijeron nada…

            Ese DIA como otros muchos, se amaron sin palabras, se amaron en obras, en alma, pero no se dijeron nada…

Febrero 14, 11:10 p.m.

            Ella soñó con él, en sus sueños él la invitaba a comer para festejar el 14 de febrero y ella en venganza no llegaba…

            El soñó con ella, y en sus sueños ella no le reclamaba sobre el día que estaban viviendo, pero lloraba por la sorpresa que le causo verle entrar con un ramo de rosas…

 

 

Lotería

Publicado: 8 febrero, 2007 en Abortos literarios

¡Lotería!

G Solorio S

 

 

¿A qué le tiras cuando sueñas mexicano?

Chava Flores

 

 

            Sus ojos seguían teniendo la apariencia de dos huevos tibios, parecían querer salirse de su cavidad natural, había escuchado la noticia por la radio la noche anterior, pero no dio crédito a sus oídos y ahora que sus ojos lo confirmaban le resultaba igualmente complicado aceptar que al fin todo era verdad. ¡Al fin!, después de 54 años de insistir sin fallar, confiando ciegamente, ¡al fin!…

 

            A partir de hoy los que se reían de su confianza, los que dudaban de su seguridad, los que no creían en su “algún día”, los que no entendían su reiterado “primero Dios”, todos ellos verían y reconocerían su error, amigos y familiares, hijos (cinco de los nueve, porque cuatro siempre compartieron y practicaron su fe), hermanos, cuñados, sobrinos, su compadre, todos, era seguro, lo que los oídos escucharon sus ojos lo confirmaban, no había duda…

 

            Su fidelidad al fin rendía frutos, aquellos que pensaban que continuar con esa promesa que hizo a su padre era absurdo ahora verían que ni resultaba absurdo ni mucho menos era un error.

 

            Y es que revisando sus cuentas todo encajaba, para los demás sería una sorpresa, un golpe de suerte, pero él sabia que no era así, él de una u otra manera sabia que ese día iba a ser, que así tenia que ser…

 

            Y es que no podría ser de otra manera, por complicado que fuera hacerse entender, lo que ni le interesaba, en base a sus números el sabia que no era casualidad, si no obligado que justo en esa fecha, justo después de ese tiempo se dieran esos resultados.

 

            Empezó a los 18 años, tal y como se lo pidió su padre de 45, y él a sus 72 podía decir; ¡gane!…

 

            El lo sabía, 1 + 8 daba 9, igual que 4 + 5 y 7 + 2, por eso él sabia que justo el 26/01/2007, tenía que ser. Por eso nunca dejo de comprar el 54927, que sumando en forma horizontal era 5 + 4 + 9 + 2 + 7 igual a 27 y que reducido a un digito es 2 + 7 igual a 9.

 

            No podía ser de otra manera, iniciaba con 54, justo los años que tenia comprando ese numero, los mismos números  que los años que tenia su padre al fallecer, solo que invertidos, como en clave…54 o 45, era lo mismo, 5 + 4 o 4 + 5 daba 9. Su padre, muerto a los 45 años… Su padre, el que le pidió fuera y le comprara ese numero el día de su cumpleaños, cosa que no quiso hacer y que obligo a su padre a ir personalmente, encontrándose la muerte en la esquina de la casa disfrazada de camioneta negra, marca ford…

 

            Al escuchar el ruido del accidente corrió y alcanzo unos últimos segundos con él, solo para escucharlo decirle “ve y compra ese numero, ¡es el bueno!”. Justo a los 45, justo el 54 invertido, justo 9 si se reducía a un digito.

 

            Después de escuchar la radio no pudo dormir, hacer cuentas, pensar en viajar, casa, muebles, ropa, comida, ilusiones, soluciones… Como dormir después de saber que al fin su verdad se hacia realidad…

 

            54 años, 52 martes  y 52 jueves por año, 2,808 martes, 2,808 jueves, o lo que es lo mismo 2 + 8 + 0 + 8 igual a 18, y donde 1 + 8 son 9. Siempre 9, como a sus 18, como el doble de 9 que era el tercer numero de su billete…

 

            2007, ¿no era acaso 27?, igual que el ultimo par de números de “su numero”,  2 + 0 + 0 + 7, igual a 9, como siempre… Por eso él sabia que el 26/01/2007 era lo mismo que decir 2 + 6 + 0 + 1 + 2 + 0 + 0 + 7 igual a 18 y si 1 + 8 eran 9, tenia que ser ese día y no otro, 18 como cuando empezó todo, ¿acaso estaba cerrando un ciclo?… Que curioso pensó, 26 + 1, da 27, igual que el par final de mi numero, y ni que decir que 2 + 7 son 9… 27, igual que la suma del día en que todo empezó, como olvidarlo, el 26/01/1953, que era 2 + 6 + 0 + 1 + 1 + 9 + 5 + 3 igual a 27 y 2 + 7 igual a 9…

 

            Al fin los sueños dejarían de serlo, al fin daría a los suyos lo que no había podido… Por fin llegaba el día en que separa esos pesos para comprar el cachito cada martes y jueves se justificaban. Cuando cobrara el 1’000,000.00 que le tocaba, todo se justificaría… y es que aun y quitando los 210,000.00 de impuestos seguían siendo 790,000.00 muy buenos, que alcanzaban sin lugar a dudas para varios gustos y sobraba…

 

            Sin lagrimas en los ojos, con una sonrisa en la cara, saludo a su compadre que se aproximaba con paso lento, lento desde luego porque él no compraba el mismo número que él y seguro ya sabia el resultado, porque igual que él escuchaba la radio cada martes y jueves, solo que él la escuchaba esperando “el día” y su compadre solo para demostrarle que “el día” no llegaba…

 

         Compadre, ¿ya supiste?, intento confirmar mas que preguntar…

         Si compadre, y la verdad, estoy triste por usted.

         ¿triste?, viejo envidioso, felicitándome debiera estar y no saliendo con sus cosas, lo que pasa es que no quieres reconocer que al fin llego “el día”…

         No compadre, sea realista por favor, haga cuentas y vera.

         Pues porque hice cuentas es que le atine y sabía que “el día” llegaría, por fin le pegue al gordo de la lotería…

         No compadre, yo si que ya hice cuentas y si no me cree revise usted mismo. Y conste, acuérdese que de sus nueve hijos solo cuatro le siguen la corriente y eso porque usted les da el dinero para comprar el numero que ellos quieran y según usted me dijo el otro día tienen también 10 años comprando zodiaco… eche un ojo a mis números…

 

            El compadre le extendió un papel doblado que él desdoblo con cuidado, para leer en la tosca letra del su compadre y amigo de años lo siguiente;

 

 

 

 

Papa de mi compadre

Compadre y comadre, son dos.

Zodiaco, compadre y comadre, son dos.

Hijos del compadre que juegan, son cuatro.

Zodiaco de los hijos del compadre, son cuatro.

Martes por año

52

52

 

52

 

Jueves por año

52

52

 

52

 

Domingos por año

 

 

52

 

52

Sorteos especiales por año

3

3

 

3

 

Total de sorteos por año

107

107

52

107

52

Precio de cada cachito

30.00

30.00

30.00

30.00

30.00

Total pagado en un año

3,210.00

3,210.00

1,560.00

3,210.00

1,560.00

Numero de años participando

27

54

10

18

10

Total gastado en cachitos

86,670.00

173,340.00

15,600.00

57,780.00

15,600.00

 

 

2

2

4

4

Gran total

86,670.00

346,680.00

31,200.00

231,120.00

62,400.00

 

Total del papa de mi compadre

86,670.00

Total lotería compadre y comadre

346,800.00

Total zodiaco compadre y comadre

31,200.00

Total lotería hijos de mi compadre

231,120.00

Total zodiaco hijos de mi compadre

62,400.00

Total gastado

758,070.00

 

            El compadre espero un rato, a que terminara de ver las cuentas que se había molestado en hacer por él, luego sin esperar un gracias le dijo,

           

            – Ya ve que no es como usted dice, lo que le van a dar no es un premio, si acaso un reembolso, pero premio no…

 

            El compadre se fue arrastrando los pasos, entre sus pies sin fijarse se llevo la sonrisa de su amigo, algo sordo como era no escucho el suave pero inevitable caer el cuerpo de su compadre fulminado por un infarto, tan solo tuvo tiempo de ver su reloj, se dio cuenta de que se le hacia tarde para llegar a misa, ya eran las 9:00 de la mañana…

 

            Algo sordo como era tampoco alcanzo a escuchar el – ¡…inché compadre! Que fueron las últimas palabras de su viejo y soñador amigo…

 

 

 

 

El muerto que cumplió su promesa.

Publicado: 11 diciembre, 2006 en Abortos literarios

El muerto que cumplió su promesa.

G. Solorio Sánchez

 

 

            Dicen y dicen bien, lo se porque no le paso a un amigo, si no al amigo de mi amigo, que la historia que se cuenta ocurrió en un poblado de los muchos que hay en la llamada Región Lagunera, en la parte que le toca a Coahuila… La historia no es de miedo, bueno, no de esas que te ponen los pelos de punta y el estomago revuelto, es tan solo de esas que cuentan un hecho que parece simple de explicar pero que tiene su halo de misterio y sobrenatural…

 

            Era el año de 1973, cuando en la Laguna y en México en general todavía las escuelas primarias oficiales regresaban a clases en el mes de septiembre…

 

            El profe era un maestro de nivel primaria, había casado años atrás con una de las hijas de Don Pancho y Doña Sara, juntos tenían ya procreados 9 hijos… Don Pancho durante años había realizado las labores de Juez en su rancho, por lo que junto con su familia era conocido y respetado en su rancho y en varios de la región.

 

            El profe, era un tipo que gustaba de las parrandas y el juego de basketbol, más de lo primero que lo segundo… recorrió por su actividad de maestro rural buena cantidad de los ranchos de la región, igualmente su gusto por el juego de basketbol y en un intento de difundirlo en la región anduvo jugándolo en  prácticamente todos las rancherías de la región. Si agregamos que para el juego era bueno y para tomar también, tenemos que se volvió conocido en casi toda la región…

 

            El caso es que Doña Sara no quería bien al Profe, por lo parrandero y por lo que para su hija implicaba estar casada con un hombre así por aquellos años… Tan no le quería bien que en una ocasión que el Profe andando con 4 buenos amigos de parranda en el rancho donde vivían Don Pancho y Doña Sara tuvo la ocurrencia de llegarse hasta su casa para ver si le daban a El y sus compañeros algo de cenar y la oportunidad de seguir en la casa su farra. Petición a la que Doña Sara no accedió, y no solo eso, le dijo que con vino o cerveza nunca se le ocurriera llegar a su casa y menos acompañado de sus amigotes. El Profe se retiro riendo y solo dijo, “ni modo, ya vendré otro día y me paseare por toda su casa… y mis amigos también…”

 

            El tiempo paso, cada quien en sus ocupaciones y preocupaciones, en forma intempestiva el Profe cayo en cama, enfermo de gravedad de un mal que el no sabia que tenia. El creía estar empachado, y como Doña Sara, mujer de rancho, sabía sobar para curar el empacho, el Profe le decía a su esposa que le dijera a Doña Sara fuera a curarlo, pero no era empachado lo que estaba y de haber ido Doña Sara, de nada hubiera servido…

 

            Poco duro enfermo el Profe, en menos de tres meses se acabo, pidiendo a su esposa como postrer voluntad el ser enterrado en el panteón del rancho donde vivían Don Pancho y Doña Sara, como tributo a la región donde se conocieron… Petición que la esposa atendió, pidiendo para ello permiso y apoyo a sus padres para poder velar el cuerpo del Profe en su casa…

 

 

            Dolidos por su hija, Don Pancho y Doña Sara desde luego que facilitaron su casa, al principio nadie lo noto, pero llegaron cargando con el ataúd que contenía el cuerpo del Profe los amigos de la parranda aquella que ya se refirió, rápidamente Doña Sara dio instrucciones para que lo pusieran en el primer cuarto de la casa, la gente que les conocía y los familiares al enterarse de la noticia empezaron a pasar a dar el pésame a la viuda…

 

            Eran tantos los conocidos y familiares, que el cuarto quedo chico… Doña Sara dijo entonces que pasaran el cuerpo a la cocina, ya que el lugar era más grande y así la gente estaría más cómoda.

 

            Los amigos del Profe obedecieron la orden y así lo hicieron… pero siguió llegando gente conocida de varios ranchos, de esos donde el Profe había trabajado, jugado o tomado… y fue tanta la que llegó, que de nuevo la cocina por más grande que era, quedo chica.

 

– Pancho, dígale a los señores que mejor muevan el cuerpo haya debajo de la mora, en el corral, saquen las sillas y que le den a la gente algo de tomar… Don Pancho transmitió la orden y la misma se cumplió, el cuerpo se dispuso debajo de un frondoso árbol de moras, amplio el corral la gente ya no estaba apretada… Sin embargo de pronto del cielo empezaron a caer gotas de lluvia, como si Dios quisiera acompañar a la viuda y los huérfanos en su llanto…

 

            El punto es que por la fina y constante llovizna el cuerpo debió moverse de debajo de la mora, pasando entonces al pórtico de la casa… luego como se sintió algo de fresco por la lluvia, lo pasaron a la sala, única pieza que no había recibido hasta ese instante el cuerpo del profe…

 

            Doña Sara con lágrimas en los ojos se acerco a su hija y le dijo;

 

– Hija, dile a tu esposo que a la hora que quiera puede venir a mi casa con todo y sus amigotes a tomar todo el vino y cerveza que quiera, pero que se levante de esa caja y deje de andar paseándose por toda la casa.

 

            Pocos escucharon esas palabras y de los que las escucharon fuera de Doña Sara, Don Pancho, la viuda y los amigos del profe ninguno las comprendió…

 

            Doña Sara corrió en vida al profe de su casa, y este, aunque muerto cumplió su promesa de regresar con todo y sus amigos a recorrer toda la casa…

 

            Esto paso, no es para asustarse, pero es que hay gente que sabe cumplir promesas, aunque sea muerto…

 

Los gatos de la azotea…

Publicado: 3 noviembre, 2006 en Abortos literarios

Los gatos de la azotea.

(G. Solorio Sánchez)

 

 

 

 

Desde que llegaste tu, se acabo mi

soledad y empezaron mis problemas.

 

 

Al filo de las 11:35 p.m. penetro en la penumbra de aquel su sombrío cuarto,  al cual medio iluminaban tímidos resplandores de una luna llena y algo de la mortecina luz de un maltrecho arbotante publico, su cuarto ubicado en la parte superior de aquella casa en la que cohabitaba con sus ascendentes  directos, misma que se encontraba enclavada en popular colonia, la cual amenazaba en convertirse de popular en miserable gracias a los mas recientes y actuales gobernantes,  se detuvo para contemplar con  bastante tristeza la soledad del lecho donde dentro de unos minutos revolcaría sus amarguras,  angustias y desesperación,  su cuarto,  aquellas  cuatro  paredes  con dos huecos (uno  para  la puerta  y  otro para la ventana) en el que pretendían hacer  las  veces  de decoración el póster de un británico cuarteto masculino de cierta fama y renombre entre los gustosos del rock  progresivo,  una guitarra de caja ancha color negro con bordes en dorado y  cuerdas metálicas  debidamente  tensadas y listas para vibrar  cuando  su dueño así lo requiriera,  un crucifijo que además de servir  para alejar  las  malas  vibras y cuidar sus sueños le era útil para tener a quien dirigir suplicas,  reclamos,  inconformidades  y alguna  vez agradecimientos,  completaban el decorado de paredes dos reconocimientos, debidamente enmarcados,  obtenidos por  el, uno  en la primaria por ser el alumno que mas ahorro y otro en la secundaria por su excelente aprovechamiento en la asignatura  de educación artística (es decir música). el primero ganado gracias a que desde chavo le taloneaba duro como cerillo en cercano y céntrico centro comercial y el otro se lo debía a su habilidad para pulsar la lira,  remataba la escasa y pobre decoración un reloj de pared de marca reconocida con no muy fino estilo ni acabados, pero que mas se puede esperar de un regalo de promoción, ubicado  eso si,  en un estratégico lugar de forma tal que le permitiera saber la hora desde cualquier lugar  y ángulo de la cama.

 

Sintió una vez mas la preocupación de vivir solo en medio de tanta compañía, pensó en la preocupación de sus padres,  razono que  a sus escasos 25 años (bien vividos y bebidos claro esta) no podría considerarse como de cuidado su soltería, pero no entendía el porque de todo el grupo de amigos que se reunían en la esquina era el único que permanecía soltero. sintió miedo de que un día la soledad llegara a desbordar en una crisis de  identidad,  pero mas  que rápido desecho la idea y se consoló pensando que eso  no pasaría  en  el porque el a diferencia de muchos locos  al menos  tenia  una  novia que le aflojaba lo que le pidiera y  a la cual incluso le era infiel (a pesar de que ya le había aflojado lo que el quería en mas de una ocasión),  así que  no había motivo alguno de preocupación por ese lado, lo  lamentable era  que con esa novia no sentía ilusiones de ningún tipo (ya ni pensar en matrimonio) tan así que eso justificaba,  según el,  su infidelidad.

 

– Todavía estoy chavo, to’y chavo.

 

Se repitió así mismo tratando de reforzar sus posiciones.

 

Se desvistió lentamente, sin muchos deseos de tumbarse en la soledad de la cama,  le dio coraje anticipar que por la efusiva despedida de esa noche que tuvo con la  "otra", como en muchas otras ocasiones, sus sueños provocarían algo de humedad en las gastadas sabanas que cubrían el colchón y su anatomía de la cintura  para abajo.

 

Termino  por  fin de prepararse para dormir y  sin  mas se tendió sobre el viejo colchón que lo recibió como siempre, con algunos resortes que se clavaron en diversos sectores de su cuerpo y los cuales normalmente después de algunos minutos se amoldaban al contorno de su figura y dejaban de sentirse, paso sus entrelazadas manos por detrás de la cabeza y se apoyo en su incondicional amiga la almohada, a la cual había dado ya tantos besos en la confusión de sus sueños que no tenia un solo lugar que no guardara un poco de su saliva.

 

 

Así en esa posición que invitaba a meditar pensó por unos minutos en lo vivido esa noche, se había reconciliado con su chava (la oficial) la cual se había enojado por haberse  enterado de los adornos que sobre la frente le estaba  poniendo,  pero después de hablar un rato con ella y jurarle que solo la quería a ella  y que la “otra” no era nada serio y que si le  había  hecho caso  fue  por que se le anduvo ofreciendo un resto y pues no  se trataba de que después anduviera regándola por hay que el le saco y que si esto y que si lo otro,  lo perdono porque reconoció  al fin  que  el  era hombre y tenia que cuidar  su  reputación,  lo cómico  es que el acudió a ella buscando no el perdón,  sino  tan solo el concluir aquello como amigos (pero total,  las cosas  no siempre salen  como uno las planea, que friega).

 

Pensó en la petición (u oferta según se viera) hecha esa noche por la “otra”: 

 

– Llévame a vivir contigo.

 

Esa fue su propuesta (o petición, sabe dios).

 

– Deja lo pienso.

 

Esa fue su respuesta (o modo de safarse, sabe dios).

 

– Y si me la traigo, ¿que onda?

 

No podía conciliar el sueño, debido a esas cuatro palabras  que retumbaban en sus oídos:

 

– !Llévame a vivir contigo!  !llévame a vivir contigo!

 

Tan pronto cerraba los ojos la frase retumbaba una y otra vez  en sus oídos,  una y otra vez la escuchaba, y pensaba en la posibilidad de acabar con su soledad sin acabar del todo con su estado civil, no le pedía matrimonio, ni  nada, tan solo  que  se  la  llevara con el, pero y mis jefes, como reaccionarían,  y  luego el chavalillo que tiene, que onda,  va a querer que también me lo traiga,  pinché muchacha tan mensa, si al menos fuera sola, si no tuviera ese mocoso,  aunque no fuera virgen,  pero que fuera ella solita. así todo seria distinto y fácil.

 

Unos ruidos provocados por unos cuerpos que eran azotados en la azotea vinieron a sacarlo de sus atormentadas ponderaciones.

 

– Mendigos gatos ya van a empezar otra vez.

 

Hasta  sus  oídos llegaban los maullidos y quejidos  de  dos gatos  que peleaban por conseguir pareja para esa noche de  luna, los ruidos que provocaban al azotarse contra el techo del  cuarto que  para los animales venia a ser el ring ideal para dirimir sus diferencias y deseos  no le permitían dormir, y los maullidos que pegan, hay carajo, hasta parece que esta llorando un niño,  luego  si me traigo a perla y a su niño y si también llora  igual que maúllan los gatos, nombre mejor no, no voy a poder dormir.

 

Los gatos dejaron de pelear.

 

– De seguro ya se descontaron a uno.

 

Lo dedujo por el trancazo que se escucho al golpear un  gato con  su  cuerpo la antena de televisión y el acelerado  correr  y huir entre lamentos de uno de los contendientes al sexo para  esa noche.

 

– Y ahora hacer gatitos,  si es que todavía tiene fuerzas, pensó, como  harán el amor los gatos,  que gacho que no puedan  besarse eso es lo bueno de ser humano que uno si puede besar a su pareja, se  detuvo  a milímetros de posar sus labios (una vez mas) en  su almohada, y si si me la traigo,  así al menos ya no tendría que estar besando un pinché trapo sucio y aparte pues ya la cama se vería distinta con dos que con  uno, la única   bronca   es    que  seriamos tres y no dos, y aparte porque lo voy a mantener yo,  ni que  fuera mió,  aunque pues el pobrecillo no tiene la culpa de nada, pero y si anda de travieso le voy a poner sus manazos que ni crea que lo voy a achipilar, ni que tuviera obligación, porque se embarazaría, que  no  pudo cuidarse,  que no sabia como,  no  creo,  nada  mas estudio  primaria,  pero en la tele dan un resto de anuncios  que dicen como,  no creo que no vea tele,  no entiendo,  que gacho 18 años y  ya con un niño de 2 o 3, ni siquiera se cuantos  tiene  y aparte ni me interesa,  a mi me gusta ella, pero pues ni modo que le diga que lo rife, en que estaría pensando, y luego si  regresa ese  cabron que onda,  no creo que me dejara por irse con el,  no creo, ese guey le hecho a perder la vida yo creo que ni siquiera ha de querer saber de el, y si no es así y luego los compas no me van a soltar con la carrilla,  aunque me vale, pero no me los voy a quitar de encima y luego hasta de bronca anda saliendo  uno,  y no  creo  que mis carnales lo aprueben,  que no tienen  nada  que aprobar,  la  bronca es mía y punto,  es mi vida y yo hago lo  que quiero, pero si al menos supiera que chingaos es lo que quiero.

 

Hijole, ojala y fuera gato, así nada mas me aventaba un tiro y  ya,  ni  modo que me preocupara si la gata esto o si  la  gata aquello, que si mis jefes, que si los compas, que si mis carnales, que  la  carrilla, que la fregada,  siendo gato hay mero en  la azotea pum-pum un tiro con otro gato y luego pum-pum a maullar  y ya, no que así hay que esconderse, buscar donde, que no lo vean a uno, ni modo de andar dando espectáculo. y luego si estoy  con ella y esta pensando en aquel hijo de su, nel mejor no, mejor hay me  la llevo suave,  total viejas hay un resto y alguna me ha de tocar, aunque nose, la quiero, me gustaría que estuviera aquí, ser a ella a la que abrazara en lugar de esta voluda almohada.

    

Que  se  sentirá despertar con alguien al lado,  ha de  ser padre tener con quien cuando uno tiene ganas y llegar a la casa y que  lo estén esperando y aca órale que como estas,  que como  te fue,  pero y el chavalillo va a querer jugar y que le compre dos que tres madres,  achis porque voy a cargar con culpas de otros. no así estoy bien, y ahorita que estará haciendo, porque me dijo que quiere vivir conmigo, me quedra de adeveras como yo a ella o nomás será para que la ayude con su chavo, aunque no  creo que vaya por ahí, porque si así fuera ya habría agarrado a lo que sea de cada quien esta encamable y le sobran batos,  pero  no les hace caso.

 

Si, yo mismo supe de varios que se la quisieron ligar, pero nada ya me  habían dicho que quería aca, con “miguelito” y la neta es  que hasta conmigo se hizo del rogar,  y me acuerdo que luego luego me la sentencio: “el que yo tenga un niño no quiere decir que le ando  buscando papa, ni quiere decir que necesito con quien acostarme, si vas andar conmigo es como con cualquier otra,  nada de que como ya tiene uno a ver si quiere que le haga la parejita, así  que  ya sabes derechito y nada de querer pasarte de lanza conmigo,  porque me caí que te arrepientes”.

 

Aunque a lo mejor nomás lo dijo pa’despistar,  aca para apantallarme,  casi  estoy  seguro  que lo que quiere  no  es  un compañero sino un papa para su chavo, aunque si eso fuera pues le hubiera  echo caso al bato aquel de la camioneta roja,  según  me dijeron aquel guey hasta matrimonio le propuso,  ese bato si  que se vació, andaba bien canicas, pero esta nada, me estaba esperando a mi, si me quiere, seguro que si, sino fuera así le hubiera hecho caso a ese,  porque con aquel hasta camioneta y uno a patín, como quiera el traer en que moverse es un aliviane.

 

Lo que sea de cada quien, si me quiere, lo bueno es que no se ha enterado de que ando con esta otra chava, sino segurito que ya me hubiera mandado mucho a la verque, cuando empecé con ella nunca creí  que me fuera agradar tanto, hasta me sentí mal porque yo nomás le lance el pase para ver si rolaba, pero me salio hasta mas rejega que ni aquella, si la quiero y ella me quiere yo creo que lo mejor es juntarnos, nada mas que ni como  borrar al morrillo, y es que uno de hombre debe cuidar su imagen, porque que tal si al rato me pone los cuernos y yo  nomás manteniendo ajenos, como que no. ! ya se !, le voy a decir que deje al niño con sus papas o con sus tíos, total hay si lo quieren un resto y aquí  pues quien sabe con que se vaya a topar,  pero no creo que quiera, aunque si me quiere eso seria una  buena prueba. eso si nada que sale panzona luego luego, yo si le  voy  a  decir como debe de cuidarse para no quedar embarazada, porque yo no quiero broncas de esas pa’empezar, mas mejor vale irse calmado, disfrutar un buen rato y luego  entonces si que tenga un niño,  eso si, que se cuide ella, nada de que me sale con que quiere que luche enmascarado, aunque la cosa se va a poner caraja,  con lo que saco de las  ventas  hay veces que no la hago para mi solo, ahora teniendo que mantenerla, no mejor como hasta ahora,  ella allá en su casa y yo aca en la mía, así estamos bien, y yo diría que hasta mejor.

 

Creo que es lo mejor ella allá y yo aquí, no tiene caso, son muchas  broncas,  primero mis jefes, bueno con la jefa no creo que haya tos,  pero el que si va a estrilar y gacho es el viejo,  luego están mis carnales, ya los oigo  “como eres guey, hay mejores”, “que no te fijas lo que es”, “que ya tiene un chavo, y quien sabe con cuantos se habrá acostado” “que al rato se aburre y te manda a  la fregada” y por si fuera poco faltan los compas,  “que  órale que  te habla tu hijo” y luego pues como uno no es de  barro  como para  no calentarse,  y casi casi la oigo,  “ve cómprale la leche al niño”,  “sabes que necesita pañales”,  y no mejor ni pa’que,  hay que  se quede,  le voy a decir que si quiere seguimos como  hasta ahora  que  agarre la onda que no estoy ganando mucho, que me de tiempo  y hay me la voy llevando hasta que agarre la onda que  de eso nada,  que yo no voy a cargar con hijos que no sean míos, que para eso tengo con que hacerlos.  si, eso es lo mejor,  no  tengo para  que meterme en broncas y además no estoy seguro que lo haya dicho por querer estar conmigo,  la veo difícil, de segurito  que cuando me dijo que si a de haber pensado: “le voy hacer caso,  que al cabo que como no es muy carita se va a  empelotar conmigo y me va a cumplir mis caprichos y  va  hacer todo lo que yo le diga”.

 

Pero nel,  tenga, conmigo se friega, no seré muy carita pero si  muy hombre y nada guey, por cierto  no seré galanazo pero no falta  quien quiera conmigo,  ella si que esta requetebién, ni quien lo niegue y pues quien sabe  si agarre otra igual, pero preferible dejarla  pasar a  que toda la gente ande hay hablando  de uno.

 

El rumor de unos pasos en la azotea alejándose lo arranco de sus preocupaciones, solo entonces se dio cuenta de la hora que era, no entendía como es que algo que tenia decidido desde antes le hubiera podido quitar el sueño durante tanto tiempo,  al filo de las 4:32 a. m.  decidió dejar de lado sus preocupaciones para intentar dormir algo, al  menos para no traer  cara  de  perro apaleado al otro día, ya que su actividad de vendedor requería de un rostro fresco y lo más agradable que se pudiera.

 

Sino  me  pregunta  nada yo no le voy a decir  nada,  y  si  me pregunta  pues ni modo aunque hay muera todo le voy a  decir  que no,  que de momento no se arma, que no se puede y punto, que no, que no,  que no quiero, que no puedo, que después, que quien sabe cuando se pueda, pero que de momento no  me  interesan  ciertos compromisos, que me siento muy a gusto con toda la cama para mi solo  y  que además a lo mejor no le gusta mi cama,  ni a  mi  me gusta como lo hace ella y a lo mejor tampoco a ella le gusta como lo hago yo (que no creo hasta ahorita ninguna se a quejado) y que simplemente ya lo decidí y que no. no quiero y punto. es mejor así yo solo y ella con su chavo.  yo solo,  yo solo,  no  quiero y punto.

 

Durmió lo que pudo y al día siguiente se levanto dispuesto  a hacer respetar su bien pensada decisión, seguiría solo,  para el era  preferible  estar  solo  que con mujer y  niño  ajeno.

 

Ni siquiera se lo comentaría a sus papas, total ya lo tenía decidido y no tenia caso comentar lo que no pasaría.

 

Prendió el calentador de treinta litros de capacidad y se baño una vez el agua  estuvo a punto (algo así como 15 minutos), vistió con su mejor ropa para dar una buena impresión a la hora de tratar de enganchar algún cliente, se peino y se dirigió hacia el piso de abajo, donde de seguro su jefecita le tenia ya sus huevos con salsa verde, frijolitos refritos y un vaso de leche con pan de azúcar para que aguantara el día entero en la calle tratando de hacer  entender a la gente lo conveniente que  le  resultaría tener una maquina medidora del tiempo, que fuera nueva, exacta, bonita y no muy cara. si al menos toda la gente supiera lo bueno que es saber que tiempo están viviendo seria mas fácil mi trabajo, pero no, hay que convencerlos y aguantar toda clase de bromas estupidas con tal de vender. devoro mas  que comió lo que ya había  imaginado estaría  esperándole  en la mesa y sin mas se  levanto  lavo  sus dientes  con  su  cepillo azul, dio un ultimo chequeo a toda su apariencia, comprobó lo agradable de su aliento “colgate", tomo sus maquinas medidoras de segundos, se persigno ante la imagen de la guadalupita y desde la puerta, grito :

 

– Ya me voy jefa,  lo mas seguro es que venga hasta la noche, por hay de las diez.

 

Dijo el a modo de despedida. (o promesa, sabe dios).

 

– Dios te ayude hijo, cuídate.

    

Dijo ella a manera de bendición. (o suplica, sabe dios).

 

El día fue normal,  visitas en la oficina aquella, surtió el pedido del licenciado trinquetitos, mostrar la merca a mas de uno que lo único que querían era perder el tiempo, pero como uno nunca sabe donde va a saltar la liebre pues hay que atorarle a todo.

 

Ya  al  filo de las 8:30 p. m. (del nuevo e impopular horario de verano) de la tarde decidió ir  con perla para comunicarle su decisión. se dejo llegar hasta la casa de la “dama”, toco la puerta y ella fue quien lo recibió, hasta parecía que lo estaba esperando. la encontró hermosa como todos los días, tan jovial, tan llena de vida, tan bien formada.

 

 

Si no lo supiera no creería que ya tiene un niño (pensó el para si, mientras recibía el beso de bienvenida).

 

– Como te fue, siempre hiciste la venta del licenciado ese que me platicaste ayer.

 

– Bien, si de hecho ya estaba hecha.

 

– Que te pasa, te noto muy serio.

 

– Nada, estoy bien.

 

– Ya se, es por lo que te dije ayer.

 

– Que, ah no, no es nada.

 

– Mira yo no pensé que te fueras a poner así,  así que mejor has de  cuenta que no te dije nada y ya estuvo, total yo me deje llevar,  pero pues no tiene caso.

 

El tardo unos segundos en responder, 357 para ser  exactos, lo supo gracias a su maquina marca segundos,  en ese tiempo  solo la contemplo, la miro hermosa, sencilla, no pedía nada a cambio, incluso sacrificaba  sus deseos por los de el,  es mas le resolvía el problema, ella lo acababa de decir, “mejor olvídalo”,  era lo mejor. las cosas se daban solas, pensó con nostalgia en las noches que no despertaría con ella, en las madrugadas llenas de los besos que ya no se darían, y le agradeció infinitamente que resolviera por el, lo que sea de cada quien capta a la primera, 357 segundos que parecieron eternos, pero que fueron los  que  el  requería para darse cuenta que la mujer que tenia frente a el lo podía convertir en el hombre que el podía llegar a ser y que por ella valía la pena no solo encarar a  sus  padres, enfrentar a sus  hermanos y aguantar a  sus  amigos y enemigos,  sino  que también  valía la pena el comerse siglos de un machismo que durante años enarbolo con orgullo y que en este momento le parecía de lo mas estupido, para así, al fin convertirse en hombre.

 

– Olvidarlo, como,  porque, si lo que te iba a preguntar era si ya tenias listas tus cosas  para irnos.

 

– De  veras,  lo dices en serio,  ya pensaste en lo que dirán tus papas, tus hermanos y en que no puedo dejar a mi niño.

 

– Ya,  ya  pensé un poco (si supieras cuanto) en todo eso,  y  lo único que importa es que quiero estar contigo, que estemos juntos por mis papas yo se que no hay bronca ellos me entenderán y  son los que importan porque vamos a vivir en su casa, los demás por mi si quieren que digan misa,  me vale,  y en cuanto al niño pues el  no tiene la culpa de nada,  ya yo le enseñare a que  me  diga papa y  pues  si tu quieres pronto le daremos un  hermanito  con quien  jugar  y pues yo te quiero así como te conocí y no  porque tengas un niño te voy a querer menos,  es como si me diera cuenta de  que  tienes mas de veinte dedos,  ¿no por eso ya no te  voy  a querer verdad?,  además lo que no fue en mi año no fue en mi  daño, así  que  si  tienes listas las cosas de los dos, pues  vamonos (antes de que me arrepienta, pensó para si).

 

– Por  mi  vamonos,  nomás me llevo algo de ropa y las cosas  del niño, total mañana puedo venir por lo que falta (antes de que se arrepienta, pensó para si).

 

La despedida fue breve,  entre frases de aliento y  suplicas de “ojala Dios los ayude a entenderse y salir adelante”, salieron a la calle. ella con el niño cargado en su brazo derecho y el  con tres maletas cargadas en su mano izquierda,  ambos se dieron cuenta  de que tenían una mano libre y buscando el uno el apoyo del otro se tomaron  de  la mano para recorrer las escasas seis cuadras que  los separaban de su próximo hogar.

 

– Mamá,  papá,  ella  es  Perla,  ya les había hablado de ella, a partir  de hoy vamos a vivir juntos,  espero que no les moleste, si es así nos lo dicen de una vez para buscar donde meternos.

 

 

– Bienvenida perla, ya saben, esta es su casa, mientras que así lo quieran, y como que van andar buscando en otro lado, hay mi’jo ni que no tuvieras padres, verda viejo, (fue la madre la que hablo en su calidad de señora de la casa).

 

– Y usted papa, que dice, esta de acuerdo.

 

– Están de acuerdo tu y ella y tu mama que es lo que  cuenta,  yo creo que ya no eres un niño,  ya eres “hombre” y pues tu sabes lo que haces,  yo no tengo porque meterme,  cada quien con su rollo, tu eres “hombre” y tu sabes lo que haces . si te equivocas es tu bronca y si le atinas pues es tu merito, digo yo pues.

 

Después de haber pasado dicha aduana y una vez cenados  se dispusieron  a organizar el cuarto para poder dormir los tres, ella lo hizo con ilusión y el con amor,  una vez dormido el  niño, se dieron un tiempo para si, el la contemplo, tan bella como siempre, agradeció la luna llena de esa noche, agradeció el que esa  noche los gatos no importunaran, que no lucharan esa noche, que respetaran su primer noche de compañía y agradeció también que esa noche el arbotante no prendiera. 

 

Ella se entrego a el con mas pasión, fe y amor que su primera (única y anterior) vez, ella entrego lo que tenia, su cuerpo y su alma, un cuerpo que si bien ya había pertenecido anteriormente a otro, se entendía limpio para esa noche, un cuerpo que purificaba el amor que entre ambos existía, un alma que nadie pudo antes tocar, que nadie supo tocar ni merecer, le entrego no la inocencia de sus diez y seis años pero si la  inocencia de una doncella enamorada que esta dispuesta a darlo todo por su amado, por agradar al otro.

 

Involuntariamente el observo su precisa maquina marca tiempo y se sorprendió de lo distinto que resulta una desvelada acompañada (dando sin saber la razón a einstein), sonrió para si al darse cuenta que a pesar de ser las 4:32 a.  m. al día siguiente para nada tendría cara de chucho zarandeado, después pensó en la pasional entrega y contemplo a la mujer que dormía a su lado, la encontró hermosa como siempre y pensó que bien que  valía la pena enfrentar todo y olvidar  principios estupidos por visitar el paraíso al que le ayudaron a llegar por medio  de unos brazos, unos labios,  unos senos y unas piernas, comprendió que la virginidad de la mujer es mas un estado psíquico que físico,  beso una vez mas el alma de su compañera y en silencio le  agradeció el que hubiera venido a terminar con su soledad,  después puso sus manos a la altura de su nuca y pensó, mañana  será otro día y tratare de explicarme como es que el “sancho”, “la otra” pues, acabo en mi casa, en mi cuarto y en mi cama, y como le voy hacer con mi chava “la oficial”, que cómico que ahora ella sea “la otra”, a como da vueltas la vida. volteo sus ojos al crucifijo ubicado sobre la cabecera de su cama y dijo en su pensamiento como comentándole:

 

Mas mejor que todo fue así y que bueno que las cosas no siempre salen como uno las tiene planeadas,  sino que friega, total hay mañana tu dirás (pensó el como dando las gracias, y como implorando que nunca acabara lo que esa  noche  iniciaba,  sabe Dios).